-Y después de eso no he vuelto ha hablarme con el- me contaba Steve mientras zarandeaba su batido de fresa- En fin... ¿Y tu, que te cuentas?
-Mi vida no a cambiado mucho desde ayer Steve, no soy como tu que cada segundo que pasa es una nueva aventura, si no fíjate, cuando estas conmigo tu vida disminuye de 200 a 10 por hora, soy un hacha en hacer de la vida una monotonía.
-Te compadezco, pero gracias a ti no sufro de problemas de corazón, a veces me va bien esto, ya sabes, calmar un poco mi vida - me decía guiñándome el ojo.
-!Captado!
-No te pongas así, venga va que te invito- después de esto chiflo al camarero, le miro de arriba a abajo, tonteo con el, le pago y nos fuimos. No tengo muy claro si todos los hombres que pasan por delante nuestro son homosexuales o simplemente no les interesa ver este par de peritas... !Tampoco están tan mal! Hago una 85, ¿qué problema tienen?- ¿En que estas pensando Emma?
-En mis tetas.
-¿Qué problema tienen?
-Eso es precisamente lo que me pregunto yo. Creo que me haré bollera, quizás ligue más a menudo.
-No te quedaría nada mal ser lesbiana, que lo sepas, marimacho.
-Gracias por los ánimos querido -le guiñe el ojo- pero me gustan demasiado los hombres como para cambiar de acera.
Y fue entonces, en ese momento algo cambio, sin sentido se me acelero el corazón y me quede inmóvil, una olor, un recuerdo que nunca había vivido... Un bosque enorme y la oscuridad de la noche. ¿Porqué corría, qué pretendía?¿estaba escapando o jugando?donde estaba y porqué...
Todo era negro.
-No te pongas así, venga va que te invito- después de esto chiflo al camarero, le miro de arriba a abajo, tonteo con el, le pago y nos fuimos. No tengo muy claro si todos los hombres que pasan por delante nuestro son homosexuales o simplemente no les interesa ver este par de peritas... !Tampoco están tan mal! Hago una 85, ¿qué problema tienen?- ¿En que estas pensando Emma?
-En mis tetas.
-¿Qué problema tienen?
-Eso es precisamente lo que me pregunto yo. Creo que me haré bollera, quizás ligue más a menudo.
-No te quedaría nada mal ser lesbiana, que lo sepas, marimacho.
-Gracias por los ánimos querido -le guiñe el ojo- pero me gustan demasiado los hombres como para cambiar de acera.
Y fue entonces, en ese momento algo cambio, sin sentido se me acelero el corazón y me quede inmóvil, una olor, un recuerdo que nunca había vivido... Un bosque enorme y la oscuridad de la noche. ¿Porqué corría, qué pretendía?¿estaba escapando o jugando?donde estaba y porqué...
Todo era negro.